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The Elder Scrolls: Legends

The Elder Scrolls: Legends - impresiones beta

El juego de cartas de Bethesda es más que un simple clon de Hearthstone.

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Basta con echar un vistazo a The Elder Scrolls: Legends para darse cuenta de que Hearthstone: Heroes of Warcraft ha sido una inspiración para la realización de este proyecto. Si lo miras de forma superficial parece que no es más que un clon del superéxito de Blizzard, pero en cuanto vas un poco más adentro en la beta empiezas a apreciar las mecánicas y los detalles que le dan valor por sí mismo.

Como en su par, el título se basa en los combates con cartas entre dos jugadores (ya sea un humano o una IA el rival) hasta que la vida de uno de los dos baja a cero. Para hacerlo hay que atacarle con criaturas o con hechizos que juegas de tu mano, principalmente en tu turno. Y como en Hearthstone, para poder usar esas cartas hay que disponer de una cantidad de maná determinada que se va regerando cada turno a la par que sube de uno en uno el acumulado. Cierto, esto no lo ha inventado Blizzard, es mucho más antiguo.

El sistema de combate y vida de las criaturas es permanente. Si una con 1/1 de ataque y defensa golpea a una 2/2, la primera muere y la segunda queda como 2/1. Hay otras cartas para mejorar sus atributos y criaturas que afectan directamente sobre sí mismas o sobre el resto de cartas con habilidades propias, como pueden ser atacar en el momento de entrar al campo de batalla, prevenir daño, etc. Básicamente es corriente, muy fácil de coger para quienes tengan experiencia en este tipo de juegos físicos o virtuales y más complejo para quien nunca lo ha probado.

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Pero por suerte también hay diferencias. La más obvia y su baza más fuerte es la temática. Legends aprovecha el lore que ha producido The Elders Scrolls: razas, criaturas, armas y hechizos que los fans de la saga de Bethesda van a reconocer al instante. De hecho, se empieza por escoger la raza de tu ávatar junto a una imagen. Cada una tiene sus propias ventajas, como poder atraer más cartas pertenecientes a esa especie.

El enfoque artístico también marca una gran diferencia entre las opciones de Bethesda y Blizzard. The Elder Scrolls: Legends ofrece una visión mucho más realista y sobria de sus personajes, cercana a la de Magic: The Gathering, a diferencia de un Hearthstone mucho más colorido, casi como de dibujos animados. Y lo más importante es que en el diseño han encontrado hueco para ofrecer una buena cantidad de información sin perder calidad.

Desde el punto de vista jugable, destaca la división del terreno en cuatro secciones. La clásica horizontal, que determina dónde está cada jugador, y una segunda vertical que separa la acción como en dos zonas de combate, de modo que las criaturas que tengas en uno de los dos lados solo podrán combatir con las que estén en su frente. Aunque parezca un cambio menor, diferencia totalmente The Elders Scrolls: Legends de Hearthstone: Heroes of Warcraft y similares. Obliga a tomar decisiones tácticas distintas, como por ejemplo inflar un lado de criaturas para atraer al rival a esa posición para después dejar una muy potente sola en el otro lado casi sin oposición. Es como tener dos flancos que cubrir, no solo por las criaturas, también por el resto de hechizos.

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El último elemento diferenciador de jugabilidad es un sistema de runas. Cada jugador tiene cinco al comienzo, y se va deshaciendo de cada una de ellas por cada cinco puntos de vida perdidos. A cambio, recibe una carta extra del mazo. Se convierte en un mecanismo extra de compensación que penaliza especialmente a los mazos rápidos. Por último, también hay un tipo de carta adicional, la de profecía. Cuando toca se puede utilizar como un instantáneo, también en el turno del rival.

El tamaño de los mazos es una variación que puede que dé más que hablar en el futuro que en el presente. Mientras que en Hearthstone el máximo son 30 cartas, aquí se va de las 50 a las 70. Legends se presenta como free-to-play pero después llegarán las de pago, con más calidad, y habrá que ver cómo crearse un equipo competitivo entre una variedad tan nutrida.

La beta del título de Bethesda nos ha dejado como grata sorpresa un modo campaña bastante elaborado, que mete en escena secuencias ilustradas. Sirve como tutorial y también como una forma de conocer The Elders Scrolls para quienes nunca hayan probado sus videojuegos. Aunque el grueso está en sus modos de juego.

Al final, la pregunta que la gente se va a hacer es cuál de los dos es mejor. Una duda que habría que ampliar a otros títulos más antiguos y a los que están por llegar, como Gwent: The Witcher Card Game o Fable Fortune. Por el momento solo podemos decir que son muy semejantes en concepto y que esas diferencias hacen que Hearthstone sea más compacto y digerible mientras que The Elders Scrolls: Legends es más profundo y táctico. Sea como sea, puede que haya otros factores externos que acaben decidiendo, como los fans de cada serie. Aunque los detalles pueden acabar siendo relevantes en el medio plazo. Sea como sea, Legends va a ponerle las cosas muy difíciles a todos.

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