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Juegos del Año 2017: Mejor juego de Realidad Virtual

Se acabó el calentamiento, la Realidad Virtual ya va en serio y para nosotros estos fueron los cinco mejores juegos del año 2017.

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5. The Elder Scrolls V: Skyrim VR

Bethesda ha apostado fuerte por la VR y no ha dudado en lanzar su tres grandes proyectos de los últimos años en este formato, aunque cada adaptación ha salido de una forma. Entre Doom VFR, Fallout 4 VR y The Elder Scrolls V: Skyrim VR, nos quedamos con el RPG de fantasía medieval. Teníamos dudas sobre si serían capaces de recrear este gigantesco mundo con estas características concretas o si, abrumados por su tamaño, se conformarían con una versión reducida que más bien pareciera una demo técnica, pero al final, han ido a por todas.

La libertad y la independencia de The Elders Scrolls en estado puro, presente ante tus ojos en una perspectiva amplia que logra la inmersión más profunda. No tan espectacular como en PC a resolución ultra, pero más limpio, con los indicadores de pantalla a tu alrededor para no entorpecer, pero están siempre presentes, a un giro de cuello. También funciona el combate, más intenso y personal, aunque el control por movimientos no sea tan certero como pulsar un botón. Cuando nos imaginamos mundos fantásticos para nosotros solos, eran así.

Juegos del Año 2017: Mejor juego de Realidad Virtual

4. Farpoint

La gran apuesta de Sony para PlayStation VR es este shooter en primera persona ambientado en un planeta desértico del espacio exterior. La ambientación y el trabajo gráfico del estudio Impulse Gear son uno de los puntos fuertes de Farpoint, un juego que no duda en convertirse en un errante solitario, atrapado en un lugar del que quizá nunca logres salir. Pero al mismo tiempo es un escenario fantástico, que va descubriendo su belleza oculta con el paso de las misiones.

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La razón de existir de Farpoint es demostrar que también se pueden crear FPS de calidad en Realidad Virtual, con buenos gráficos, un buen modo historia y, sobre todo, buena jugabilidad. Para creértelo aún más, Sony lanzó con el título su pistola con sensor de movimiento Aim Controller que funciona muy bien y te mete aún más en la partida. Es un juego intenso, que vives al máximo mientras estás dentro del headset, y por también es un juego que no invita a sesiones demasiado largas de juego, especialmente si toca una de ellas batallas crudas en las que hay que agudizar los sentidos al máximo durante varios minutos.

Puede que no llegue al nivel de las grandes sagas como Call of Duty o Battlefield y tampoco se ha atrevido con el multijugador online, pero es un paso en la dirección correcta para un género que tiene que empezar a funcionar en VR ya.

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Juegos del Año 2017: Mejor juego de Realidad Virtual

3. Lone Echo

Y si hablamos de inmersión, qué decir de Lone Echo. Oculus echó el resto para quedarse con esta aventura en exclusiva y dar una razón a sus usuarios para comprar los mandos Touch. Cuando lo conocimos nos pareció el "Gravity" de los videojuegos y cuando se estrenó no dudamos en reafirmar esa comparación, aunque con un matiz muy grande, que es el de la toma de posesión del guión.

Ready at Dawn ha creado una aventura espacial entre dos personajes, un robot llamado Jack y una persona llamada Liv, que deben enfrentar juntos todos los problemas y preocupaciones que pueden surgir en una estación espacial. Como os podéis imaginar, lo que en principio no es más que una relación fría y automatizada va tomando carácter a medida que las sensaciones van fluyendo como consecuencia de los hechos, de las decisiones y de las palabras.

La actuación de los actores de doblaje sobre un guión exquisito que rompe las cadenas de lo predecible, la exploración de un escenario aparentemente acotado y la interacción del jugador en la partida, a sabiendas de que no va a cambiar nada pero aún así debe formar parte del presente, hacen que las horas que pases en el espacio junto a Lone Echo valgan mucho la pena.

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2. Superhot VR

Hay muchas formas de sentirse un héroe, un superhombre, un ser poderoso por encima del resto de los mortales, pero ninguna como la que propone Superhot. Esta mezcla entre juego de acción y puzle de muertes recuerda a secuencias de cámara ultralenta como las de Matrix, Flash o X-Men: Apocalipsis, porque la gran habilidad del personaje está en su capacidad como El Elegido para moverse a una velocidad diferente al resto. Pero el estudio del mismo nombre ha usado esa características para construir situaciones en las que solo una mente fría puede salir airosa.

Porque, aunque tengas el mundo a tus pies, eres tan frágil como cualquier moral. En Superhot hay que avanzar por unos mundos pintados en blanco con formas cuadriculadas sin dejar ni una sola de esas formas vivas teñidas de rojo, como vistas por un escáner de calor, acabe con vida. Aprovecha tu capacidad de detener el tiempo para esquivar las balas, robar las armas, crear escudos humanos o pegar puñetazos inesperados, pero hazlo todo siguiendo un orden que te permita llegar a tiempo.

Aunque lo que cuenta es insustancial, nos gusta porque arriesga, porque no se parece en nada al resto de propuestas y porque ha sabido seguir mejorando y reinventándose desde la primera vez que lo vimos para ser más grande, más completo y más entretenido.

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1. Resident Evil 7: Biohazard

La primera gran apuesta AAA en VR la hizo uno de los mejores juegos del año. Capcom decidió desde el principio que RE7 iba a estrenarse en formato dual para PS4 y ha cumplido con su palabra. Es cierto que por el camino ha tenido que hacer algún sacrificio, pero todo ha sido por conseguir que jugar en PSVR o en otra plataforma se parezca todo lo posible.

Resident Evil 7: Biohazard es un juego de terror que cambia totalmente el rumbo de la franquicia pensando en el pasado pero sin olvidarse del futuro. Recupera, al menos durante gran parte de la partida (la mejor parte), la sensación de agobio, de angustia, de miedo a la muerte y también al susto y de tensión que hizo famosa a la serie. Lo hace con unos personajes muy bien construidos y un escenario original, pero a la vez capaz de recordar a ese entorno principal de las primeras entregas.

Lo que os vais a encontrar en VR es exactamente lo mismo, y eso ya es motivo suficiente como para recibir este galardón. No negamos la rebaja gráfica que le resta algo de encanto ni tampoco algunos saltos de cámara bruscos que obligan a jugar sesiones más cortas. Pero a cambio gana en eso que mejor se le da, en miedo. Cómo te hace sentir cuando agachas la cabeza para no ser visto o la sacas un poco por un borde para saber qué acecha un poco más allá, encogiendo el cuello para ganar cualquier milímetro.

Por eso le entregamos este Premio a Mejor juego de Realidad Virtual de 2017.

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