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The Legend of Zelda: Breath of the Wild

Zelda: Breath of the Wild - Guía de consejos esenciales

Echa un vistazo a esta lista no solo para sobrevivir y triunfar: también para disfrutar más de esta enorme aventura.

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Por las características tan especiales que describimos en el análisis de Zelda: BotW y naturalmente por la escala de su mundo y la cantidad de cosas que se pueden hacer y probar con distintos resultados (y todas las que aún no se han visto), en Gamereactor vamos a afrontar las Guías de juego del nuevo Zelda desde otro prisma, en concreto de tres facetas. Por un lado, esta guía de consejos básicos para cualquier jugador y cualquier estilo. Por otro, una guía con los secretos más buscados del juego. Finalmente, una serie de trucos y proezas concretas que estamos recopilando por el viaje.

Esta primera entrega bien podría ser infinita, pues en cada partida se nos ocurren mil consejos y sugerencias que podríais agradecer para vuestra experiencia, ya sea con la intención de jugar mejor, llegar más lejos, sobrevivir o, simplemente, probar cosas nuevas y disfrutar. Pero vamos a intentar limitarlo a una serie de 15 puntos que creemos más esenciales, ampliable si es menester en base a vuestros comentarios al final de la guía. Vamos allá.

The Legend of Zelda: Breath of the Wild
Cerca de una Gran Hada siempre hay hadas pequeñas como Navi. Cázalas cual libélulas para resucitar y potenciar tus recetas.

1. Sé tu mismo

Breath of the Wild es un soplo de aire fresco y salvaje que te invita a expresarte en su mundo abierto y natural. Esto quiere decir que nuestro primer consejo siempre será que te dejes llevar, que sigas tu instinto y que pruebes cosas, pues así no solo encontrarás la máxima diversión, sino también algunas soluciones sorprendentes. No intentes jugar justo como a los Zelda antiguos, ni como a otros juegos. Piensa que no hay reglas, solo un patio de recreo y un montón de juguetes.

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2. Piensa diferente

Vale, parece lo mismo que el punto anterior, pero en este caso nos referimos más bien cuando te quedas atascado. Como las reglas aquí no están tan claras y la física cambia tanto las cosas, muchas veces conviene probar una nueva aproximación en lugar de repetir una y otra vez la misma táctica. Salir de la zona, dar una vuelta, estudiar el escenario, mirar todos los elementos a disposición... Hay combates, puzles y exploraciones con múltiples decisiones, y si abres la mente y pruebas otras cosas, siempre amplías tu repertorio de recursos.

3. Usa los sellos en el mapa

Parece lógico, pero es una manía muy buena. Quizá no para todo, pero si te acostumbras a marcar cosas en el mapa te moverás mucho más rápido y te cundirá mucho más cuando pases de camino por zonas ya visitadas. Marca por ejemplo con una calavera dónde aparecen enemigos grandotes como el Hinox, el Centaleón, el Moldora o el Petrarok, ponle una estrella a cosas importantes como el lugar de los santuarios que aún no quieres intentar o esas zonas intrigantes donde sabes que pasará algo. Ponle una hojita a los Kolog que quieras buscar después, un cristal a los puntos con muchas piedras preciosas y otro marcador a las zonas donde se reúnen los caballos salvajes. Marca ese cofre que intentarás alcanzar más tarde. Si eres muy de cocinar y no te quieres teletransportar, marca con una cazuela los puntos de caldero. Pero, una vez más, sigue tus necesidades, no vayas a abarrotar el mapa haciéndolo agobiante e ilegible. Si combinas esto con las runas de baliza (cuando hayas usado las cinco siempre puedes sustituir alguna por un sello en el mapa), Link navegará Hyrule como Pedro por su casa.

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4. Cocina, cocina, cocina

Siempre que tengas la oportunidad y veas una cacerola, echa un rato en cocinar, aunque al principio no te guste. Seguro que con todos los ingredientes y materiales que llevas en la alforja te puedes hacer un par de comidas o elixires que necesitarás más adelante. Prepara alguna receta de recuperar vida, pero no solo te centres en llenar los corazones; piensa más en qué efectos te vendrán bien en la zona o tarea actual. ¿Hace frío o calor? ¿Área eléctrica o volcánica? ¿Enemigos muy duros de atacar o defender? ¿Hace falta mucha resistencia para escalar o planear? Si te haces estas preguntas, en dos minutos te prepararás 4-5 recetas que, créenos, agradecerás llevar contigo. Y como te las puedes inventar y es fácil ver cómo funciona el sistema y cómo se consiguen buenos efectos, enseguida harás de Link un Master-Top Chef.

5. Saca fotos como referencia

Esto te lo aconsejamos junto a los sellos del mapa. Si usas el módulo Cámara de fotos y fotografías criaturas, armas o materiales, no sólo tendrás una referencia gráfica, sino que podrás consultar en la Enciclopedia Hyliana sobre sus características, efectos y ubicaciones (e incluso activar el radar para buscarlos). Piensa que así podrás averiguar puntos débiles de enemigos, o quizá cómo aprovechar un ingrediente o un arma. Y también acostúmbrate a sacar capturas de pantalla con el botón para tal fin en tu mano izquierda, si estás jugando la versión de Switch. Esto te vendrá bien para recordar lugares, o quizá para volver a consultar esa frase que te dijo un PNJ con ciertas pistas. Y sí, lo confesamos, nosotros ya hemos alcanzado el límite de 1.000 capturas de Nintendo Switch.

6. Planifica un poquitín el viaje

Vaya cosa te estamos diciendo, ¡con todo lo que va a suceder por el camino! Vale, te despistarás, te entretendrás y te desviarás a causa de cosas aleatorias y dinámicas, o porque te apetece, o por curiosidad, pero si quieres cubrir bien una zona es importante cierto orden, echar un vistazo al mapa y decidir más o menos cómo quieres llegar desde A hasta B. La idea es que te diviertas por el camino, pero también que no te pierdas las cosas más chulas ni te dejes otras sin hacer. Si, por ejemplo, vas desde el Pantano de Lanayru hacia el Desierto Gerudo (sin teletransportes), decide si quieres hacerlo a caballo, para qué te puedes preparar, qué te dejas si vas por cada camino o cómo debes ir marcando elementos en el mapa.

7. Completar los Santuarios te da la vida

No es solo una cuestión de completar el juego y disfrutar de los puzles. Sobre todo en las primeras 20-30 horas de juego, si vas intercalando un santuario en tu viaje cada hora u hora y media, llegarás mucho mejor preparado al segundo tercio de la aventura. Recuerda que, aparte de los tesoros que encuentras en su interior, cada santuario te otorga un Símbolo de valía, y cada cuatro los puedes canjear en las estatuas de la Diosa Hylia por un Contenedor de corazón o de vigor. Es evidente por tanto que así serás más fuerte y a la vez más capaz de escalar o correr, y si en algún momento necesitas más corazones o resistencia recuerda que siempre puedes intercambiarlos a un módico precio en las estatuas malditas.

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¿Contenedores de corazón o de vigor? Empieza por lo segundo.

8. Empieza por aumentar tu resistencia

Aunque te choque llevar más de 10 horas de juego y estar aún con 3-4 corazones, muriendo más que de costumbre y sin encontrar contenedores de corazón en cofres por ahí como solía pasar, no te vuelvas loco con subir el número de corazones lo primero. Al principio, un enemigo importante te puede quitar de todos modos 5-6 corazones de un golpe, por lo que la diferencia que hay entre pasar de 4 a 6 corazones y contar con mucho más vigor es clave. Si te dedicas a ampliar el medidor verde desde el principio podrás escalar paredes más altas, lo que deriva literalmente en más tesoros, más posibilidades... y poder acceder a más santuarios para seguir con el bucle.

9. Si mueres un montón, reza

Si te has pasado con el consejo anterior y vas pelado de corazones, te recomendamos que empieces tu conquista de las cuatro bestias divinas por Rutela en la Región de los Zora, pues obtendrás la Plegaria de Mipha para resucitar una vez cada cierto tiempo (necesita recarga y no vale dentro de los santuarios). Además, coge unas cuantas hadas en las Fuentes de la Gran Hada como si fueran insectos, pues con llevarlas en tu alforja harán magia cuando te quedes sin corazones (como solía pasar en la serie, ¡pero sin botellas!). El último paso para no morir tanto es aumentar la protección mediante atuendo y recetas, o en última instancia canjeando algún contenedor de vigor por un corazón extra.

10. No malgastes tus mejores armas en tonterías

Si quieres matar un jabalí, quitarte de encima unos murciélagos keese o sacar mineral de la roca, no emplees tus mejores armas, pues como sabes tienen un uso limitado. Usa las armas y flechas de andar por casa para estos menesteres y reserva ese pedazo de mandoble con un extra de ataque para un jefe, ese arco con extra de resistencia para un asalto y esas flechas eléctricas para un día de lluvia. Total, si tiras una flecha de fuego a un ciervo te dará la carne ya asada, y seguro que la prefieres cruda para poder cocinarla a tu manera, ¿verdad? Esto también se aplica a la Espada Maestra: úsala cuando se pone como Dardo de Frodo cuando vienen los orcos, y cuídala el resto del tiempo. Dicho esto, tampoco te enamores demasiado de ningún arma, a ver si la vas a reservar y reservar y nunca la vas a usar. Una vez más, es cuestión de ser dinámico y acostumbrarse a cambiar y mejorar.

11. Cambia la hora

Es más fácil y más útil de lo que parece. Si está cayendo un chaparrón y no puedes escalar ni usar antorchas, si la Luna Carmesí te ha fastidiado tu turno de noche, si buscas un animal o evento que sólo sale a cierta hora, aquí no puedes cantar la Canción del Sol y la Tormenta, pero casi. Simplemente busca o hazte una hoguera (seguro que llevas leña en la alforja, ¡piensa que se pueden hacer en cualquier lugar!) y podrás descansar para cambiar la hora en cualquier momento. Vale, si está lloviendo es difícil encender una lumbre, y necesitas algo de fuego (flechas, armas) o quizá un arma metálica y un mineral (pedernal u otro) para encenderlo, pero siendo un hombre del campo, deberías hacerlo con la gorra.

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Cuida a tu montura o te dará mucha pena.

12. Cuida a tu caballo, en serio

No solo porque lo quieres un montón y porque habéis desarrollado un lazo afectivo después de lo que te costó domarlo y lo terco que se puso y el nombre y el pelao tan chulos que le has puesto. Sino porque puede morir. Y da mucho susto y mucha pena. Y si no conoces a cierto personaje, morirá para siempre. Aunque los enemigos no atacan a tu caballo cuando está suelto o "aparcado", puede que un desafortunado rebote, un efecto de las simulaciones físicas, termine con él de un golpe. Esto nos pasó con un pura sangre, tras una explosión de un chuchu ígneo, y volver a la Posta no lo resucita por arte de magia. A no ser que vuelvas a cargar un punto de guardado, perderás a tu caballo, con su nivel de afecto, su 'customización' y sus parámetros. Dale una manzana de vez en cuando, acarícialo sólo cuando toca y protégelo de los enemigos. Usa ZL para pasar a modo todoterreno 4x4 cuando el suelo se complique. Ah, y un último apunte: si no eres capaz de subirte a caballos salvajes, prueba a potenciar tu sigilo con comidas o ropas, a aumentar tu resistencia por si se desboca y, finalmente, si no lo consigues de ninguna manera, prueba con los caballos que estaban montados por bokoblins: lo han pasado tan mal con esos monstruos que serán mucho más mansos y dóciles contigo.

13. Cómo ganar mucho dinero en un momento

Si nos has hecho caso hasta ahora, habrás marcado con un sello de cristal esos puntos en los que salen muchos minerales (por ejemplo cerca de las minas de los Goron y la Montaña de la Muerte). Y no nos referimos a un par de pedernales y tres halitas, sino a rubí, zafiro, topacio y diamante. Con que te marques un par de estos puntos relativamente cerca de santuarios para teletransporte rápido, podrás reunir piedras por valor de 2.000-3.000 rupias en un periquete, y lo bueno es que se las puedes vender por esas sumas a cualquier mercader. Hala, ya puedes comprarte esa armadura tan poderosa o esos accesorios ancestrales tan caros.

14. El Triforce de los movimientos de combate

Puedes pelear como en otros Zelda desde que Ocarina of Time implantara el Z-targeting, pero te recomendamos que domines lo que llamamos la Trifuerza de los movimientos de combate: 1) El parry (golpeo con el escudo). Si lo haces en el momento exacto, puedes dejar expuesto hasta al enemigo más temible. 2) Las esquivas a los lados y hacia atrás. Si te conviertes en un experto de la esquiva, pondrás el combate a cámara lenta y repartirás tropecientos golpes a tu enemigo. 3) El golpe en carrera. No dejes respirar ni levantarse a tus enemigos. Si no llevan lanza, a casi todos te puedes acercar en carrera con B y pulsar Y para asestar un 'first attack' devastador, tanto que a veces conviene volver a guardar el arma para sacarla así otra vez. Luego te recomendamos que cuando consigas un arma nueva pruebes su combo y su ataque cargado, por si tiene efectos especiales.

15. Lleva un equipo variado

No te limites a armas y armaduras de un tipo. Lleva siempre un buen escudo, arco y espada/porra/lanza que no sean metálicos (escudo de madera Kolog, arco del vigilante porra dragón con huesos, por ejemplo), pues cuando se lía una tormenta eléctrica estarás vendido. Tendrás que desnudarte de las armaduras más fuertes y encima no tendrás con qué defenderte. Siempre puedes correr para que a los enemigos les parta un rayo (o 'prestarles' un arma metálica), pero si vas preparado evitarás pasarlo mal. Lo mismo ocurre con los tipos de armas: procura llevar elementales de varios tipos (fuego, hielo, rayo, ancestral), porque no sabes qué puzles y enemigos te esperan, así como una buena lanza si tienes espacio en el inventario para los combates a caballo.

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Resolver santuarios es avanzar en el juego en varios sentidos.
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Aprovecha y a la vez ten cuidado con los elementos: lluvia, electricidad, fuego, hielo, viento...

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