Análisis de South Park: Retaguardia en Peligro

El niño nuevo ha vuelto al pueblo. Bueno, más bien, retoma la historia donde se quedó en La Vara de la Verdad, pero Cartman, también conocido como El Mapache cuando se hace de noche, está tramando un nuevo plan. Aburrido ya de jugar a los reyes y hechiceros medievales, le dice a los chavales de South Park que es hora de hacer de súper-héroes. Después de todo, la desaparición de un gatito sirve de sobra como excusa para crear toda una franquicia de héroes que podría dar para películas, spin-off, series de Netflix y mucho más, ¿verdad?

Al igual que ocurrió con La Vara de la Verdad, lo cierto es que el simple hecho de pasear por este South Park virtual e interactuar con sus habitantes tiene algo mágico. Y aunque los fans ya vieran a El Mapache y sus amigos súper-héroes en las temporadas 13 y 14 de la serie de animación (emitidas desde 2009 y 2010), el nuevo videojuego funciona sin problemas por sí solo. Está clara su inspiración en los X-Men, especialmente en Días del Futuro Pasado, con la temática de los viajes en el tiempo. Los episodios originales también contaban con Mint-Berry Crunch, que ya hacía algo así como del chico nuevo, pero por algún motivo lo han borrado de este juego (a no ser que nos hayamos perdido algún huevo de pascua con sabor a cereales...).

Los diversos héroes (y villanos) de los que se visten los niños son completamente desternillantes, y la verdad es que es una risa interactuar con Wendy como Chica de Compañía, Butters como Profesor Caos, Kenny como Mysterion, Stan como Cobertizo, Kyle como Cometa Humano, Scott Malkinson como Capitán Diabetes y muchos más. Al final del juego habrás desbloqueado a todos los chicos como personajes jugables, algunos de ellos para completar puzles sin resolver, y gran parte de la diversión viene de ir cambiando de personaje en los combates y aprovecharlos a todos. El niño nuevo eventualmente consigue sacarle partido a la capacidad de los gases de su trasero para modificar el tiempo (gracias en parte a unos burritos y a Morgan Freeman).

En líneas generales, el relato va fluyendo muy bien, y por muy tontorrón que sea, sabe centrarse en unos cuantos asuntos clave, incluyendo el estado actual de Estados Unidos, la policía y los ataques racistas o la intolerancia de género; como siempre, South Park señala aspectos problemáticos mientras te hace partirte de risa. Por ejemplo está la barra para ajustar el nivel de dificultad al principio del juego, ligado al color de tu piel. Si te pasas el juego en la dificultad más alta y la piel más negra te dan un logro, y también hay una misión en la historia principal que te obliga a enfrentarte a unos "camellos" por órdenes del jefe de policía. En una nota más desenfadada, el juego también habla de nuestra obsesión con las redes sociales; por ejemplo tendrás que sumar followers en Mapachegram y no en Instagram haciéndote selfis con varios habitantes del pueblo (siempre y cuando hayas completado las tareas requeridas). El conjunto encaja perfectamente, con los hilos separados cosiendo una historia completa muy decente, incluyendo un final a la altura que cierra la aventura con un puntazo temporal.

Uno de los grandes cambios respecto a La Vara de la Verdad es la capa adicional de estrategia que supone poder moverte libremente por la parrilla de combate. Antes de decidir tu acción puedes elegir la casilla ideal para obtener el mejor resultado. Empujar a los enemigos con ataques que pueden repeler para que se choquen entre sí, o para que se topen contra tus compis súper-héroes y provocarles efectos de estado también es un ingrediente importante (por ejemplo tirarle un pedo a un enemigo justo antes del encuentro hará que empiece asqueado, vomitando por la angustia y perdiendo vida a cada turno). En general el combate es divertido y sorprendentemente profundo, pero no tan variado como esperábamos, y las peleas con enemigos menores se hacen un poco sosas después de un rato, como pasa con muchos otros juegos de rol. Te lo pasarás mejor si vas intercambiando constantemente los tres héroes que te llevas a la batalla, y siempre puedes hacerlo antes de un combate

Si bien vas subiendo de rango y ganando puntos de experiencia XP (PE) en tu partida, el método clave para potenciar a tu personaje es mediante las ranuras de artefactos, que se van sacando con cada nivel. Aquí puedes colocar diversos artilugios (los hay de todo tipo, incluyendo variantes, y se pueden obtener como recompensa de misión, encontrarlos por ahí, fabricarlos con el crafteo o comprarlos en los mercaderes), lo que puede subir tus stats o aplicar ventajas e impulsos concretos. Es un sistema sencillo, por lo que te puedes limitar en colocar los artefactos que aumenten tu poder, pero para sacarle el máximo partido a tu equipo también deberías tener mejoras relacionadas con sus habilidades. Por ejemplo, si usas poderes tuyos y de tus compañeros que tienen mucho empuje, podría venir bien aumentar el daño de rechazo; pero si te gusta poner estados especiales deberías potenciar los mismos.

Son ya muchos años viendo la serie de televisión. Los aficionados vais a agradecer la gran cantidad de referencias y huevos de pascua que han colocado por toda la ciudad. Vais a tener que encontrar dibujos yaoi de Tweek y Craig, vais a poder ver el muro que separa de esos estúpidos canadienses con sus cabezas partidas o a ver cómo se comporta PC Principal cuando de Justicia Social se trata. De hecho, el nuevo director es clave porque te enseña cómo colar microagresiones en medio de un combate (una mecánica un poco tonta, pero te partes a veces con ella). Hay un artefacto que tiene que ver con uno de los mejores episodios de los últimos tiempos, Magia de pollas. Como era de esperar, Randy Marsh tiene un papel importante, y eso es bueno. Otro de los favoritos, el Sr. Mackey, también tiene su relevancia porque es quien se mete en el tema de la orientación sexual y el género del personaje, sin pasar por alto su minuto de gloria con Tweek y Craig.

Retaguardia en Peligro es puro 'fan service' pero en sentido positivo. Se ha mimado cada detalle, desde las canciones que un fan va a reconocer cuando entran a una tienda a los trastos de los garajes de las casas. También hay muchísimo trabajo en la recreación de los personajes y en sus animaciones, tanto que por momentos parece un capítulo más de la serie. Pero si le quitas todo eso todavía te sigue quedando un RPG divertido. No tiene tanta profundidad ni tantos giros como los grandes del género y se interrumpe demasiadas veces por sus tiempos de carga (aunque son breves). Además, jugando en PS4 Pro se quedó pillado un par de veces al cargar combates, pero nada de esto mancha la sensación de que está muy pulido.

Tardamos como 20 horas de juego en llegar al final, pero es cierto que jugamos tratando de conseguir la mayor parte de los coleccionables. Aún queda más para quienes ir hasta el límite con los logros y los trofeos, pero la mayor parte se va entre la historia principal y las secundarias. Lo bueno es que hay muchos momentos especiales y peleas contra jefes, algunas veces con objetivos cambiados de lo más raro, otras con trampas, pero donde realmente marca la diferencia es con estas dinámicas capaces de cruzar la cuarta pared (hay duelos que se detienen porque tiene que pasar un coche). Todo lo que pasa aquí va muy en serio para los niños y para el resto de la gente de la ciudad, y sí, si hay bloques de Lego rojo el suelo es lava.

Llega un momento de exigencia tan elevado, está todo tan bien atado, que cuando se repiten algunas frases del mundo abierto o de los combates hasta te parece mal. Como que no tienes por qué escuchar por décima vez contar al hombre que espera el bus que lleva tres años allí. Y hay un par de niñas que están todo el tiempo repitiendo que no hay suficientes heroínas. Que sí, que viene a cuento y se entiende por qué lo han metido, sobre todo con el momento que atraviesa el sector, pero cansa. Puede que estemos siendo algo injustos y esto no se convierta en crítica en otros títulos que recurren a lo mismo, pero es que lo hace tan bien casi siempre que esto rechina y se pierde un poco de inmersión.

South Park: Retaguardia en peligro enlaza muy bien la trama de las dos entregas. Por muchas razones, así es como deben ser las adaptaciones al videojuego de una franquicia popular. Ha sido una colaboración real entre las partes, totalmente transparente en lo que ha aportado cada una y en el enorme esfuerzo realizado para que todo encaje. Los detalles son abrumadores. Está claro que los fans de la serie se lo van a pasar en grande, a no ser que seas Kanye West, claro...