Análisis de Xcom 2: War of the Chosen

Xcom 2 ya era un juego excelente por sí mismo y no nos tembló el pulso a la hora de ponerle una notaza en el análisis. Tras unos cuantos DLC de distinta calidad, ahora llega una gran expansión, con muchísimo contenido que va más allá de unidades y mapas. War of the Chosen es capaz de redefinir la forma en la que hay que afrontar las partidas y las estrategias gracias a los nuevos enemigos y aliados. Pero que cuesta casi tanto como un juego nuevo.

Los DLC no tienen una buena reputación en general porque a veces son insignificantes para lo que ofrecen, otras son totalmente innecesarios o prescindibles y algunos descompensan el juego. Firaxis ha sido uno de los estudios que ha ofrecido un poco de cada, como por ejemplo con El último regalo de Shen. En este caso no estamos ante una expansión que vaya corta de contenido. Agrega algo prácticamente a todas las facetas del juego, desde el combate táctico al análisis estratégico, y solo deja igual la campaña del modo historia, la lucha contra ADVENT.

La primera de esas grandes novedades son las nuevas facciones y clases de héroes. Segadores, Guerrilleros y Templarios son unos nuevos aliados inesperados con capacidades muy útiles. Todas para ti, todo un lujo. En la parte estratégica se presenta la opción de favorecer a una facción frente a la otra, pero eso no quita que sus unidades heroicas estén a tu disposición. Su diseño es tan detallista que hasta tienen sus propios dobladores de voz, alguno con cierto nombre como Michael Dorn (Star Trek). Los Guerrilleros son buenos para el combate ratonero en lugares pequeños por su velocidad y sus armas semiatomáticas. Los Segadores son francotiradores silenciosos que atraviesan las líneas enemigas sin necesidades de presentarse allí físicamente. Y los Templarios hacen uso de la energía psiónica para tomar ventaja en el cuerpo a cuerpo con sus espadas y otras habilidades. Los héroes están un nivel por encima de cualquier otro tipo de unidad, así que perder uno es un desastre, aunque no el fin de la partida. Y no son solo ellos, también hay juguetes y armas de tecnología punta muy curiosos con los que divertirse.

Las fuerzas comunes de ADVENT no aguantarían un asalto contra estos aliados que nos hemos buscado, así que War of the Chosen tiene la obligación de proponer enemigos, némesis directos para cada uno de ellos. Se hacen llamar los Elegidos y son Asesina, Brujo y Cazador. Van a ser una china en el zapato en todo momento, incluso cuando menos te lo esperas, gracias a sus poderes especiales. Uno es capaz de aparecer de forma aleatoria en las misiones en función del territorio, lanzar un conjuro tremendo cuando apenas tienes la partida empezada y ponerlo todo patas arriba. También es de agradecer que se les haya dotado de una personalidad que se va mostrando mediante conversaciones y comentarios de los combates a tiempo real, así que no son el típico alienígena silencioso.

Relegábamos hace un momento a los viejos enemigos a una posición secundaria en favor de los Elegidos, pero tampoco hay que olvidarse de ellos. ADVENT cuenta con tres tipos nuevos de unidad, como son Espectro, Sacerdote y Purificador. Dan más miedo por su buen diseño que por sus capacidades, y si bien pueden suponer un problema en los primeros compases, en la segunda mitad del juego ya van a quedar fácilmente a tu merced. Y tampoco hay que olvidarse de la nueva facción, Los Perdidos. Es una especie de horda zombi aparecen cuando las batallas se vuelven ruidosas (vamos, cuando hay muchas explosiones). De uno en uno no son ningún problema, lo malo es que en una misión puedes cargarte a decenas o incluso a cientes, así que son turnos que derrotar para mantener a raya esta amenaza. Lo positivo es que tampoco están de parte del enemigo, así que se pueden utilizar de forma táctica con un poco de colocación y de suerte. Por último, cabe mencionar que la resistencia humana también ha mejorado algo y puede aparecer de vez en cuando a echar una mano.

Como estáis viendo, War of the Chosen toca todos los palos. Quien se quedase con la sensación de que el juego original era demasiado sencillo debe estar de enhorabuena. Y justo lo contrario para quienes se vieran sobrepasados por su exigencia y su dificultad, porque esto va a ser demasiado. La expansión hace que el juego sea más versátil, menos precedible, y eso lo convierte en más complicado. Al mismo tiempo multiplica de forma exponencial su rejugabilidad, toda una ventaja. Pero lo hace con un coste que veremos cuánta gente está dispuesta a asumir, 39,99 euros. Firaxis lo justificó diciendo que esto podría haber sido Xcom 3 y... bueno, ahí, ahí. Pero tiene que convencer contra el coste y contra los excelentes mods que han ido saliendo, como Long War, que no tienen escenas de vídeo ni pueden añadir mecánicas, pero son "gratis".

Xcom 2: War of the Chosen es un magnífico trabajo, ahora la decisión es vuestra.