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Final Fantasy XIV: Stormblood

Análisis de Final Fantasy XIV: Stormblood

Como el buen vino con los años, Final Fantasy XIV mejora con cada expansión.

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Cuando Square Enix lanzó Final Fantasy XIV, teníamos nuestras dudas sobre el MMO, pero después de haber pasado incontables horas con el guerrero de la luz en los desiertos de Thanalan, la nación del bosque de Gridania y los picos nevados de Ishgard, Final Fantasy nos ha dado momentos memorables. Ha evolucionado como juego desde su lanzamiento inicial y ahora que ha llegado su segunda gran expansión nos alegra decir que sigue su tendencia creciente en cuanto a calidad.

Stormblood comienza poco después de lo sucedido en Heavensward y los personajes de nuestro anterior viaje están de vuelta, incluido el siempre fiable Cid, Alisaie y Lyse. Sin embargo hay un gran cambio y es que esta vez Lyse se lleva todo el protagonismo, dado que Stormblood tiene lugar en su tierra natal.

Además de los personajes recurrentes, los acontecimientos de Stormblood se centran en la liberación de Ala Mhingo, en los alrededores de Gyr Abania. La trama no da muchas vueltas antes de mandarte directamente a la acción y no pasa mucho tiempo hasta que te ves envuelto en una guerra civil y tienes que convertirte en un campeón de la resistencia.

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Final Fantasy XIV: StormbloodFinal Fantasy XIV: Stormblood

Esta nueva historia se añade a los fundamentos narrativos ya establecidos en Final Fantasy XIV, dado que tiene, por lo general, más matices que otros títulos del mismo género e incluye largas secuencias cinemáticas y, de vez en cuando, actuaciones de doblaje magistrales. No encontrarás, por ejemplo, muchas misiones de "mata cinco criaturas y tráeme los cuernos".

Aunque no se debe esperar una narrativa al mismo nivel que un juego de un jugador de Final Fantasy (excepto la horrorosa trilogía de Final Fantasy XIII en este sentido), sí que consigue contar una buena historia con sucesos y personajes interesantes. Se trata de una tendencia positiva, dado que Stormblood continúa con la idea de realizar un MMORPG que sea tanto de los jugadores individuales como de la agenda online.

Al principio, las nuevas zonas pueden parecer un poco desérticas y abandonadas, pero nada más lejos de la realidad. Los picos, por ejemplo, no son precisamente un deleite para los ojos, pero en cuanto te aventuras a explorar más de las numerosas localizaciones, los detalles que podrás encontrar en estas nuevas zonas brillan con luz propia. Y es que, en cuanto a belleza, el juego no se queda corto. Una vez más, los ambientes de Final Fantasy XIV se consolidan como uno de los mundos más increíbles que visitar. Todo detalle, desde los árboles otoñales, pasando por las consecuencias de las batallas, hasta los rayos de luz brillando en el horizonte están increíblemente bien hechos. Durante las batallas con las nuevas clases, Samurái y Mago Rojo, es también un placer ver sus diferentes hechizos y habilidades, especialmente cada vez que el Mago Rojo ilumina la pantalla.

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En cuanto a las nuevas clases, tanto el Samurái como el Mago Rojo se manejan muy bien, a pesar de que preferimos el ingenioso abordaje del Samurái al estilo de magia pesada del Mago Rojo. Para infligir una cantidad de daño importante, el Samurái puede realizar una cadena de diferentes combinaciones, que resultan en poderosos golpes finales. El Mago Rojo, por otro lado, es una mezcla de magia blanca y negra, combinadas con diferentes habilidades de espadachín. Usar tanto un hechizo de magia blanca como negra hará que el siguiente hechizo se enfríe y puedas utilizar magia doble, por ejemplo, fuego y trueno o aire y hielo. Los espectaculares efectos mágicos pueden hacer parecer que el Mago se vea superado, pero está muy bien equilibrado.

Stormblood sigue teniendo, sin embargo, los mismos fallos que las versiones anteriores. La experiencia central está aún plagada de excesivos puentes entre capítulo y capítulo y una interfaz de usuario horrible, y el doblaje que va y viene en los intermedios de las escenas de corte también ha vuelto, haciendo que lleguen a ser inconsistentes. Se trata de pequeños problemas que no destrozan la experiencia, pero sí es una pena que sigamos sufriéndolos después de dos expansiones.

La historia de éxito de Final Fantasy XIV es muy larga, y Stormblood es el testimonio de lo lejos que ha llegado el juego. Muchos elementos funcionan perfectamente y los gráficos son de los mejores del género. Es un juego que entiende el legado de la franquicia sin tratar de imitarla al completo y, al fin y al cabo, ayuda a que Final Fantasy XV recobre la reputación de Final Fantasy después de juegos como All the Bravest, Final Fantasy XIII y el MMORPG de Final Fantasy original. Teniendo todo esto en mente no podemos esperar a ver qué le depara el futuro al a franquicia.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Las nuevas clases son divertidas, genial historia, valiente diseño del mundo de juego.
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La interfaz es un engorro, repite los mismos problemas que el juego de base.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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