Español
Gamereactor
análisis
Wonder Boy: The Dragon's Trap

Análisis de Wonder Boy: The Dragon's Trap

Han pasado casi 30 años y tenemos la oportunidad de probar cómo es jugar a un clásico si nos cambian por completo su presentación. ¿Dará resultado este truco?

Suscríbete a nuestra newsletter

* Campo obligatorio
HQ

Cuando el pequeño equipo francés Lizardcube anunció y enseñó Wonder Boy: The Dragon's Trap viví uno de esos momentos de ilusión casi injustificada, porque se habían acordado de uno de esos títulos que guardo en un rincón de la memoria con mucho cariño. Se notaba que lo querían recuperar precisamente por ese sentimiento de nostalgia justiciera que se merece un juego no tan conocido a pesar de la calidad que atesora. Por eso, y por el exquisito estilo artístico, tenía todo para gustar. Pero eso eran solo pensamientos, la realidad ha llegado ahora, al jugarlo.

El nuevo Wonder Boy III entra por los ojos a la primera. En cualquiera de las tres consolas (lo hemos jugado en Nintendo Switch porque es ideal para echarle ratitos y dejar la partida suspendida) enamora por la recreación de los entornos y va dejando una satisfacción plena a medida que va presentando personajes. El estudio ha logrado sacar adelante un acabado que imita dibujos animados de forma fantástica en el cada uno de los diseños tiene encanto y gracia, simpatía sin renunciar a la belleza; apoyados sobre unos escenarios muy simples a los que les bastan un par de elementos dinámicos para convertirse en el soporte perfecto. Todo, sin renunciar a la esencia del original, porque detrás de estas líneas se aprecia la continuidad con las distintas versiones que se han ido sucediendo en el tiempo.

HQ

La mejor prueba de este engranaje perfecto está en el peculiar modo 8 bits al que se accede con tan solo pulsar un botón, a tiempo real y sin cargas. Aunque saltas en un instante a Sega Master System, puedes seguir jugando sin sentirte molesto ni cortocircuitado. La razón principal es que en ambos casos el movimiento es idéntico, con sus particularísimo sistema de aceleración y deceleración que los más veteranos recuerdan asociado a los pasitos de Wonder Boy. Pero lo más curioso es que esa animación ya no está en la nueva versión, y sin embargo se comporta de la misma forma. Un camino alegre con la vista satisfecha y el oído, si cabe, más, porque los arreglos de la banda sonora no solo te envuelven, sino que se imponen con fuerza en ocasiones para demostrar que son tan importantes como lo demás.

Publicidad:

Hasta aquí las novedades, porque todo lo que ha hecho Lizardcube es volver a pintar sobre los niveles y el gameplay que había construido Escape de forma magistral. Es muy agradable comprobar lo bien que ha resistido ese mundo y ese diseño el paso del tiempo, la auténtica razón por la que esta reedición es capaz de ser tan atractiva: volver a jugar a Wonder Boy 3 con los gráficos mejorados es como una vivencia plena y esencialmente nueva incluso para quienes lo jugaron en su momento. Pero al mismo tiempo es un tanto decepcionante comprobar que no hay ningún retoque, ni cambio, ni intento por un poco más allá. Basta decir que los mapas de entonces siguen sirviendo porque hasta los enemigos aparecen exactamente en los mismos puntos.

Wonder Boy: The Dragon's Trap

Es verdad que es todo un mérito que volver a jugar aquello siga siendo divertido, pero los niveles pecaban de un exceso de sencillez obligado por el momento al que bien se le podría haber dado una vuelta. Hay demasiadas sucesiones de estructuras clónicas en las que solo cambia dónde está tal o cual elemento que seguro que hubieran ganado con una reordenación. El equipo francés no nos ha demostrado si sabe o no diseñar un videojuego, tan solo que es capaz de calcar uno antiguo y mejorarlo para que sea mucho más atractivo para los tiempos actuales.

Recorrer de forma libre el mundo aparentemente abierto de Wonder Boy: The Dragon's Trap para ir encontrando el camino por el que realmente puedes avanzar porque tienes a los personajes y el equipamiento adecuado es una gozada. Te va llevando por aquí y por allá, por donde quiere, haciéndote creer que eres tú quien tiene el control. Eso no evita que en algunas ocasiones te pierdas y te des varias veces contra un muro, que no seas capaz de encontrar el pequeño truco que permite avanzar (estuve una hora dando vueltas porque no encontraba ese algo que me faltaba y estaba a la vista en el punto más obvio) o que tengas que echarle un buen rato volviendo a puntos calientes para conseguir más dinero o pociones. Entonces era la forma de alargar un poco las partidas, pero ahora se siente más bien como una pérdida de tiempo molesta. Pero funciona, y por mucho que algún speedrunner se lo pueda terminar en un par de horas, jugando de forma normal te garantiza unas cinco horas.

Publicidad:

Wonder Boy: The Dragon's Trap es, sobre todo, una oportunidad. La de volver a uno de los primeros juegos capaces de demostrar que el desarrollo no lineal tenía cabida ya en un hardware arcaico y que el diseño de juego iba a ser más importante que el estilo visual. Ese apartado técnico es que Lizarcube ha añadido con maestría casi 30 años más tarde. Un viaje al pasado que cualquiera puede emprender hoy en día gracias al maquillaje, pero que no todos los jugadores van a saber llevar.

Wonder Boy: The Dragon's TrapWonder Boy: The Dragon's Trap
Wonder Boy: The Dragon's TrapWonder Boy: The Dragon's Trap
Wonder Boy: The Dragon's TrapWonder Boy: The Dragon's Trap
08 Gamereactor España
8 / 10
+
Estilo visual precioso, alegre y que encaja a la perfección. Personajes muy simpáticos. Banda sonora rehecha con potencia. Un diseño de mundo que ha aguantado el paso de los años a la perfección. Gran optimización.
-
Ni un solo retoque al diseño de niveles. Situaciones de 'grindeo' desfasadas con la actualidad.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

Contenido relacionado

0
Wonder Boy: The Dragon's TrapScore

Wonder Boy: The Dragon's Trap

ANÁLISIS. Autor: Sergio Figueroa

Han pasado casi 30 años y tenemos la oportunidad de probar cómo es jugar a un clásico si nos cambian por completo su presentación. ¿Dará resultado este truco?



Cargando más contenido