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Thimbleweed Park

Análisis de Thimbleweed Park

Ron Gilbert y Gary Winnick vuelven con el 'sucesor espiritual' de Maniac Mansion. ¿Qué tal funciona en un tiempo en el que las point-and-click ya no son tan populares?

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Las aventuras gráficas llevan con nosotros desde los albores de los videojuegos. Arrancaron con sencillas historias basadas en texto, como Zork o el apropiadamente titulado Adventure. Poro después crecieron para convertirse en juegos básicos de point-and-click como Mystery House que, si bien mantenían la misma estructura, la ilustraban con gráficos para enriquecer la ambientación. La gran popularidad del género llegó cuando LucasArts se apuntó a la tendencia en 1987 con Maniac Mansion, aprovechando su propio motor de juego SCUMM, seguido de The Secret of Monkey Island, ambos aclamados por la crítica. Thimbleweed Park, el título que nos ocupa, se puede considerar el sucesor espiritual de Maniac Mansion. Mantiene su estilo visual, su encanto y su valor cómico, pero también pone al día la fórmula probada de las aventuras gráficas para garantizar que no sea la típica point-and-click que te puedes encontrar en 2017. Esto es mucho más, es un juego otra vez especial.

Thimbleweed Park te pone en la piel pixelada de dos protagonistas: los agentes Ray y Reyes, una pareja de detectives que investiga el asesinato de un hombre de negocios desconocido en el pueblecito que da nombre al juego. Sin embargo, pronto descubres que no todo es como parece, pues el propio sheriff pretende entorpeceros vuestra misión como investigadores. Tres personajes adicionales, todos sospechosos, se ofrecen jugables, y sus partes invitan a revivir secciones de su vida mediante 'flashbacks': Ransome el payaso, Delores y Franklin. La historia queda como la visión de Gilbert y Winnick sobre esas series de TV de crímenes tan raídas en las que hay que ir eliminando posibles culpables a base de preguntar a los vecinos. Las respuestas, poco a poco, sutilmente, deberían significar pistas para que los agentes descubran qué intenta ocultar la gente del pueblo.

Pero no sería un juego de Gilbert/Winnick si no contara con una buena ración de puzles, y eso es exactamente lo que ofrece Thimbleweed Park. Y la verdad es que hay muchas maneras de afrontar cada situación; es un juego bastante poco lineal en cuanto al orden en el que hay que resolver los rompecabezas y ninguno de ellos resulta demasiado ilógico. A ver, es evidente que tienes que echarle bastante imaginación y picardía para dar con algunas soluciones bastante rebuscadas y originales, pero nunca te sientes engañado por una solución completamente fuera de lo razonable. Y como ocurría con los viejos clásicos de SCUMM, todas las acciones tienen que ver con nueve verbos del tipo "Usar", "Hablar con" o "Coger". Los objetos se combinan usando uno sobre otro, se meten en el inventario cogiéndolos. Como ves, la mecánica es bastante sencilla.

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Sin embargo, también nos pasó en un par de ocasiones que terminamos realmente atascados o que nos arrinconamos nosotros solos al dar un paso incorrecto, algo que sólo se puede solucionar recargando una partida anterior. Dicho esto, pronto nos dimos cuenta de que no era así del todo, pues uno de los aspectos en los que brilla Thimbleweed Park es que en realidad no te puedes quedar atascado: la solución siempre está a tu alcance si sigues buscando y probando distintas combinaciones. Para encontrar algunos ítemes necesitas vista de elfo y aquí no hay un sistema de pistas como en las remasterizaciones de Monkey Island, pero si te tomas un descanso y luego vuelves a poner el juego normalmente es suficiente para refrescar la cabeza y encontrar el enfoque necesario para dar con la respuesta. En este sentido también hay una novedad para las aventuras de Ron Gilbert en forma de un modo casual y otro difícil. En el primero, los personajes dejan muchas más sugerencias e indicaciones descaradas sobre lo siguiente que hay que hacer, aparte de que los puzles son más fáciles y hay menos. Si se te olvida por dónde ibas, cada personaje lleva un cuaderno muy útil o una lista de "cosas por hacer" que puedes consultar en cualquier momento, y las tareas se van marcando según las completas.

Volviendo al 'lore', el juego está abarrotado de referencias a los trabajos anteriores de la pareja, autorreferencias a sí mismo, referencias a famosos y personalidades reales y un montón de chistes y coñas varias. Citas como "si esto fuera una aventura gráfica de Sierra Online ya estaría muerto" o "estas bolsas se parecen a las típicas pistas falsas de las aventuras gráficas" son dos frases extraídas aleatoriamente como muestra de un guión repleto de humor y que da para muchas risas. Hay guiños nostálgicos o retro, como el nombre de la compañía de juegos para la que trabaja Delores (MMucasFlem Games) u otro menos sutil cuando te permiten que des Guybrush Threepwood como tu nombre cuando te preguntan. Y como cabía esperar el cuarto muro también acaba hecho pedazos desde el principio, como cuando Ray advierte que el cadáver que habéis venido a investigar "empieza a pixelarse", o la posibilidad de interrogar a varios personajes sobre si les gustan las aventuras gráficas.

Pero llegados a este punto, lo verdaderamente genial de Thimbleweed Park y su guión es que, pese a todas las bromas y referencias, los puzles rebuscados y los objetos difíciles de encontrar, es que sigue siendo sorprendentemente accesible para un novato en el género. Y que cada habitante del pueblo tiene su encanto, incluso el borde del payaso Ransome con sus insultos. El sheriff/forense/director del hotel esconde un misterio tan intrigante y extraño, que sólo por él te picarás sin remedio a esta trama. Incluso los dos agentes, que de primeras parecen tan claros y directos, parecen estar escondiendo algo. Por esto recomendamos a los principiantes en las point-and-click que pongan el modo casual, pues sólo se perderán unos cuantos puzles y opciones de diálogo... aparte de algunos dolores de cabeza. Y el mapa que te dan en modo casual también sirve para ahorrar mucho tiempo, viajando a cualquier destino rápidamente, sin tener que volver a atravesar el garaje, bajar hasta la calle principal y cruzar la autopista para llegar a las cloacas, por ejemplo.

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En cuanto al apartado visual, aunque el juego haya cambiado radicalmente el estilo artístico mostrado en el primer vídeo de Kickstarter, las animaciones y la disposición de la interfaz de usuario siguen recordando fácilmente a la era dorada de las point-and-click y a los juegos tradicionales de SCUMM, solo que todo con mucho más detalle. Aquí se permiten iluminar mejor los escenarios, mostrar más animaciones en pantalla y 'lujos' por el estilo, pero siempre con el acabado retro pixel-art. También tenemos que destacar la actuación vocal pues, si bien sólo incluye las voces en inglés, son de gran calidad y ayudan a modernizar el conjunto en comparación con los clásicos de LucasArts. Finalmente, el sonido ambiental y los sutiles ruidos de fondo cambian según la ocasión, como cuando estás en el ayuntamiento, se escucha una música de violín de fondo y te dejan preguntarle al sheriff de qué van esas notas tan espeluznantes. Por todo esto puedes sentir el juego como una de aquellas obras tradicionales de LucasArts, pero en versión 2017.

Thimbleweed Park lleva la firma de Ron Gilbert y Gary Winnick a cada paso. Es una de las mejores aventuras gráficas point-and-click del milenio y una compra obligatoria para cualquier amante de los juegos del SCUMMVM. Siempre que nos atascábamos un rato y luego dábamos con la solución, siempre era nuestra culpa por no haber encontrado un objeto o advertido una pista en el diálogo. Pero tampoco es un juego perfecto, pues el final resulta algo apresurado y te corta un poco el clímax. Nos pasamos Thimbleweed Park después de unas 12 horas de juego, lo que no es para nada corto teniendo en cuenta el género. Pero pensando que es poco probable que reciba una continuación u otro juego así en colaboración de los dos desarrolladores, da un poco de pena cuando se acaba. Por tanto: tómate tu tiempo y disfrútalo con el juego, encuentra todos los secretos y opciones de diálogo... y luego hazte un favor y vuelve a jugar Maniac Mansion y The Secret of Monkey Island. Y si no conoces el género, ten claro que hay algo para cada uno de vosotros en el remoto pueblo de Thimbleweed Park.

PD: Cuando empieces la partida, recuerda poner el papel higiénico por arriba, como Dios manda.

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09 Gamereactor España
9 / 10
+
Te obliga a echarle imaginación, pero nunca demasiado fuera de la lógica. Cantidad de referencias y chistes. Una historia absurda pero fantástica.
-
El final es ingenioso pero resulta apresurado. Te deja con ganas de mucho más, aunque sabes que no lo tendrás.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

Análisis de los usuarios

  • JuanchoG
    Es curioso como van cambiando los gustos de los jugadores, y como géneros enteros que en el pasado eran lo más, cayeron en el olvido. Uno de estos... 9/10

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