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Ginger: Beyond the Crystal

Análisis de Ginger: Beyond the Crystal

Un plataformas con un pequeño simulador social para que los coleccionables tengan sentido. ¿Es esto lo que necesita el género?

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En estas fechas de regalos, quienes estén buscando un videojuego para todos los públicos que recuerde a esos clásicos de plataformas 3D de los 64 y los 128 bits pueden haber encontrado un buen aliado en Ginger: Beyond the Crystal. El juego se estrenó hace tiempo para PC, Xbox One y PlayStation 4, la plataforma que hemos analizado. Hace tiempo que lo teníamos, pero al hablar con el estudio madrileño Drakhar de los errores técnicos nos contaron que había un parche en camino y lo cierto es que la espera ha merecido la pena porque le hacía muchísima falta.

Desde el primer minuto, en cuanto conoces a su protagonista, te das cuenta de que Ginger es un juego tierno, aunque este personaje con forma de renacuajo ponga esa cara de malote en la portada. Ha sido designado por la diosa salvador de un mundo muy natural que se expande por ambientaciones más variadas de lo que en un primer momento puede aparentar. Todo, gracias a una estructura de niveles y una mezcolanza de géneros que son el mayor acierto del título, porque consigue darle sentido a la recolección de ítems y enganchar en algo más que el mero reto pasapantallas.

Por su gameplay no hay dudas de que es un juego de plataformas con algo de aventura. La mecánica básica del juego consiste en avanzar por fases distribuidas por los tres pueblos que se van abriendo a medida que se superan otros retos, como si de las salas y los cuadros del Castillo Peach de Super Mario 64 se tratara. A diferencia de los tres mundos generales, estos niveles son lineales y se recorren con cámaras fijas que se colocan en un lado, detrás o delante para permitir la exploración por el terreno tridimensional abierto. El grado de dificultad media no es bajo y es probable que algún peque necesite un poco de ayuda en algún momento, pero las vidas son infinitas y fallando es como todos aprendimos.

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Ginger: Beyond the Crystal
Ginger: Beyond the CrystalGinger: Beyond the Crystal

Tienen un buen diseño técnico que se aprecia especialmente en lo bien compensada que está la acción, ya sea plataformas o combate, con la amplitud. Son variadas en propuesta y en estética, con recursos tradicionales como los pinchos o las vagonetas introducidos en retos, contrarreloj o sencillamente avance, y no faltan los jefes finales con ataques cambiantes. Ni tampoco los secretos y rutas alternativas a las que acceder con los trajes y las habilidades especiales de Ginger, que se van adquiriendo de forma rápida e invitan a rejugar en busca de los tesoros perdidos.

Están bien elaboradas, pero ni son largas ni son muchas, tan solo 15, y eso podría suponer que Ginger: Beyond the Crystal fuera un juego corto. Pero para remediarlo está todo lo demás. Por una parte, otras 15 fases extra de habilidad pura sobre plataformas flotantes y móviles que sirven para recoger más esencias de cristal y poder avanzar en la otra parte, la reconstrucción. Esta ha sido para nosotros la auténtica sorpresa del juego, porque ha conseguido introducir algo tan de moda en los videojuegos de navegador y móviles como la simulación social dentro de otro género. No es algo complejo, pero funciona. Los tres pueblos están destruidos y deshabitados, pero con los ítems que recoges puedes ir rehaciendo casas al gusto y rescatando a los aldeanos atrapados en el cristal.

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Así, el mapa se vuelve un todo con sentido, por tienes que rebuscar más en las fases corrientes y abrir los caminos secretos con los disfraces adecuados o completar pequeñas tareas dentro del propio pueblo. Como no te obliga a recorrer grandes distancias no se convierte en un roba tiempo, pero sí consigue alargar la partida y transmitir sensación de recompensa a lo que estás haciendo. Y, de nuevo, aceptable para todo tipo de públicos, también para los más pequeños, aunque a veces pueda costar un poco.

Ginger: Beyond the Crystal

El problema de Drakhar Studio es que el resultado técnico no acompaña a la buena planificación y diseño de Ginger: Beyond the Crystal. Antes del parche era un auténtico desastre, un juego no recomendable por sus caídas de tasa de refresco constantes a pesar de que la calidad gráfica es limitada y un sistema de combate desesperante, quizá por culpa de un motor de colisiones inexistente. Un auténtico suspenso. Por suerte, casi todo eso está arreglado o al menos mejorado, y solo ha quedado como punto negro unos tiempos de carga excesivos, de ocho o diez segundo por vida, que aun así son bastante inferiores a los que se sufrían antes.

Realmente no hay un sistema de combate como tal porque no lo necesita. Ginger sabe pega puñetazos planos, en carrera o desde el aire, y eso es suficiente como para acabar con el amplio repertorio de enemigos sencillos con los que se cruza, porque ellos tampoco tiene mucha vida. También consigue algún poder especial con los disfraces o se puede tratar de pisar la cabeza de los malos, pero la falta de finura del control no invita a hacerlo. Como tampoco tiene mucha vida, los enfrentamientos son un tanto peliagudos para un juego de plataformas y se complican en más ocasiones de las necesarias.

En la respuesta del control las sensaciones son contrapuestas. Porque es cierto que los movimientos no son demasiado toscos, lo que unido a una cámara que sabe dónde colocarse, hace que los problemas de muerte por caídas o mala perspectiva no sean demasiados. Pero en un plataformas 3D siempre aspiramos a más, a la perfección, y eso le queda lejos. Hay ocasiones en las que apetece tener cámara libre y no es posible, pero vistos los desastres de otros juegos semejantes, suponemos que mejor dejarlo así.

Ginger: Beyond the Crystal

Otro problema para afinar los saltos es la calidad gráfica. La ambientación y el diseño están bien, con momentos de cierta originalidad que se agradecen, sobre todo en la construcción de este mundo para pequeños, pero su recreación es pobre y hay ocasiones en las que te atascas con maderas que no tienen tanto volumen como parece o que crees que puedes pisar donde realmente no hay nada. Tras el parche, la fluidez de la tasa de refresco es aceptable, no porque sea alta sino porque se han suprimido casi todas las caídas por debajo de los 25-30fps, que era lo que destrozaba el título. Si quedan algunas en la escena inicial no os asustéis, es donde menos importan. Lo mejora todo un poco el trabajo sonoro, porque sus escasas melodías acompañan bien y porque hay que agradecer una narración en castellano de calidad que los niños agradecerán.

Al final tienes unas diez horas de entretenimiento directo, sin rollos, que se pueden alargar bastantes más para completar todos los edificios, rescatar todos los aldeanos, terminar todas las fases extra y conseguir todos los tesoros ocultos volviendo a las fases antiguas. Drakhar Studio ha tenido buenas ideas que han quedado bien implementadas, pero no tan bien representadas. Especialmente esa unión entre recolección y creación con buen ritmo. Es suficiente como para que Ginger: Beyond the Crystal se pueda disfrutar sin miedo, especialmente por niños entre los 6 y los 12 años, pero también por los amantes de los plataformas clásicos que buscan algo distendido y a buen precio.

Ginger: Beyond the Crystal
06 Gamereactor España
6 / 10
+
Diseño de niveles inteligente, combinación de plataformas y simulador social, siempre va al grano, variedad de escenarios y retos.
-
Combates no afinados, acabado visual pobre, aun sufre algunas ralentizaciones.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Sergio Figueroa

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