Análisis de Star Wars Battlefront: Estrella de la Muerte

La Estrella de la Muerte se acerca como un presagio siniestro y oscuro por el horizonte, pero incluso antes de que este escuadrón de valientes soldados rebeldes se plantee si hay alguna forma de volarla por los aires, tenemos que pasar por una serie de Destructores estelares. Lo bueno es que estas otras naves crucero no están muy bien preparadas para derribar cazas: sería como matar mosquitos con una semiautomática. Pero, por desgracia, en su interior albergan esos gigantescos hangares repletos de cazas TIE Fighters que ya se lanzan a toda velocidad contra nosotros.

Un silbido marca que mi X-Wing está cambiando a la clásica formación-X para dar comienzo a una de las batallas más épicas del universo de La Guerra de las Galaxias, incluso de la historia de la ciencia ficción. Dos TIE avanzados pasan a mi lado con su característico chirrido, el último que muchos de nuestros compañeros rebeles han escuchado antes de caer. Por la radio no dejan de llegar mensajes de otros que siguen luchando, a duras penas. Pero todavía quedamos algunos en pie para avanzar hasta soltar nuestros torpedos láser contra los Destructores.

Star Wars Battlefront había recibido hasta la fecha dos expansiones decentes, Outer Rim (Anillo Exterior) y Bespin. Los viajes a Ciudad Nube y al Palacio de Jabba merecen el precio del pasaje, pero no dejaban de ser DLC multijugador corriente. Y además traen la contradicción de que fragmentan la base de usuarios entre quienes los compran y quienes no. Creo que había otras formas de conseguir ingresos, como las ventas de diseños y detalles que tanto hemos visto o incluso el formato de Plants vs Zombies: Garden Warfare.

Por suerte, Estrella de la Muerte incluye algo que los fans de Star Wars llevan pidiendo desde el anuncio del título y que seguro que les anima a comprarlo en masa, las batallas espaciales (y no solo las escaramuzas sobre la superficie planetaria). Porque, además, merece la pena. La sensación de planear entre naves de todos los tamaños con un pequeño y frágil A-wing es sensacional y hasta empatizas con las dificultades del ejército imperial para acabar con un pequeño pelotón rebelde.

Como en el juego normal, hay símbolos de bonus (cartas estelares y demás) dispersos por el espacio, pero en esta ocasión tienen como significado reparar la nave o recibir una legendaria, mejor. Por ejemplo, los rebeldes pueden atacar con el Halcón Milenario de apoyo, mientras que el Imperio recibe a Boba Fett con su Slave 1. Por mucho que, como fan, disfrute de tanto salseo, tengo que reconocer que hay un poco de abuso de los iconos clásicos y ahí se ve claro porque ni una nave ni la otra eran precisamente de batalla. Habría quedado mejor haber recibido algo más raro e inesperado, e incluso vehículos menos conocidos.

Hay otra cosa que hace que esta expansión se distinga del resto, el nuevo modo Battle Station (Estación Espacial). En lugar de afrontar pequeños retos, tienes que ir empalmando varios eventos para construir una aventura más larga, de una media hora, a no ser que el Imperio acabe con tu rebelión antes. Podría decirse que es una versión invertida de Walker Assault (Asalto de Caminantes), en el que tienes que robar información de la Estrella de la Muerte con la ayuda de R2-D2 después de pasar los Destructores. Una misión de escolta en la que incluso puedes manejar al famoso robot-hacker de vez en cuando.

Visitar la nave-satélite imperial es una experiencia grandiosa. Su interior ha sido construido de una forma que no parece forzado, y al mismo tiempo te va llevando por zonas que conoces del mundo audiovisual, como la sala del rayo tractor que Obi-Wan detuvo, los pasillos del tiroteo de Leia o la sala en la que C3PO vivió su momento de gloria. Como es de esperar, la pantalla ha sido construida a partir de espacios estrechos en los que las granadas y otros explosivos van a hacer mucho daño, más que en los actuales. Esto nos invita a cambiar la estrategia y nos obliga a refrescar nuestra forma de jugar.

Si los rebeldes consiguen triunfar ya solo queda una tarea, y no es algo menor: destruir la Estrella de la Muerte. Por tanto es una vuelta a la nave para conducir pegados a la superficie del satélite artificial, a volar entre trincheras y láseres de neón sobre un fondo negro siempre en movimiento. Es la culminación de la fantasía, y DICE ha conseguido recrearlo.

La expansión tiene más contenido, como por ejemplos la introducción de más naves como el Y-wing, el B-wing o el TIE Defender, o los personajes Bossk y Chewbacca. Cada uno tiene su rango de habilidades, especialmente el gigantón, que se comporta como un tanque como pocos que hayamos visto en este juego hasta el momento.

En resumen, la Estrella de la Muerte es un gran trabajo por parte del estudio porque no solo añade contenido, añade significado al juego. Ahora sí, parece que está completo. Es una excusa perfecta para reengancharse a Star Wars Battlefront un año después. Quizá por eso este era el mejor momento para dejarlo gratis, pero eso con esta franquicia pasa poco. Aun así, es muy recomendable y puede que sea un buen momento para hacerse con el Pase de temporada.